viernes, 28 de junio de 2013

Que nos hace diferentes: emergencia de la individualidad.




Somos cuatro hermanos en casa. Los cuatro, hijos del mismo padre y la misma madre. Todos con un parecido físico que podría revelar nuestro parentesco, y sin embargo, todos con personalidades diferentes. En varias ocasiones he preguntado a mis padres su opinión sobre el origen de nuestras diferencias. Me resultaba llamativo que cuatro personas con cargas genéticas similares y sometidas a un proceso de crianza similar resultáramos con intereses y aptitudes tan variados. Solía pensar que el punto clave se encontraba en la situación familiar y social que coincidió en cada uno de los cuatro casos con la etapa infantil de efervescencia neuronal. Por supuesto, en ésta hipótesis mis padres jugarían un papel determinante. Su estado de humor, opiniones y hasta sus ademanes cotidianos en los primeros años de cada uno de sus hijos podrían habernos influido de forma determinante. La suma de muchas pequeñas cosas, muchas acciones y reacciones, resultaría a largo plazo en la persona en que cada uno se convertiría.  Cuando estaría acabado el proceso?, habría una edad en que cada uno gozaría ya de una personalidad inamovible?.

Un estudio recientemente publicado en Science* aporta información fascinante sobre el desarrollo de la individualidad. Dado que la intención era la de evaluar las bases del comportamiento individual, nada mejor que partir de condiciones de igualdad absoluta. Para el estudio se seleccionaron ratas genéticamente idénticas, que vivían en un ambiente idéntico. La única variable que podría diferenciarles era la riqueza del ambiente que compartían, que hacía que espontáneamente pudieran estar sometidas a diversos estímulos, con mínimas variaciones no controladasA través de sensores especiales se cuantificó la actividad exploratoria de las ratas y su actividad diaria.

Tempranamente durante el estudio se apreciaron diferencias en el comportamiento de las ratas que fueron progresivamente en aumento en las siguientes semanas. Las diferencias se relacionaban claramente con los estímulos a los cuales se sometía cada una de ellas. Aunque el ambiente era idéntico, las mínimas variaciones en las experiencias que permitía el ambiente poco a poco derivaroen n diferencias en el comportamiento de cada una de las ratas.


De forma sorprende, se evidenció que la actividad exploratoria se relacionaba con el desarrollo de nuevas neuronas en el hipocampo, en una zona relacionada con el aprendizaje y la memoria. Dicha neurógenesis activada por experiencias nuevas se mantenía incluso en las ratas adultas.

A través del citado estudio, se comprobaría entonces que las experiencias nuevas realmente influyen a nivel orgánico en el desarrollo de nuestro cerebro y por tanto, de nuestra personalidad. Más sorprendente aún, incluso la experiencias de la vida adulta influyen sobre quienes somos. Posiblemente también contribuya a explicar porqué con el tiempo variamos de gustos, aficiones, opiniones, en ocasiones casi hasta el punto de dejar de ser quiénes éramos para dar paso a un nueva versión de nosotros mismos, mejor adaptada al medio donde nos encontramos.

La próxima vez que dude en vivir una experiencia nueva, atrévase, podría ganar a cambio unas neuronas.


* J. Freund, A. M. Brandmaier, L. Lewejohann, I. Kirste, M. Kritzler, A. Kruger, N. Sachser, U. Lindenberger, G. Kempermann. Emergence of Individuality in Genetically Identical Mice. Science, 2013; 340 (6133): 756 DOI






miércoles, 1 de mayo de 2013

Epilepsia, más allá de las sombras

Claramente usted en muchas ocasiones ha escuchado hablar de la epilepsia, mucha veces habrá escuchado todos los mitos existen entorno a esta enfermedad, desde espíritus que poseen almas en pena, hasta creer que es un mal discapacitante e incontrolable.

Empecemos definiendo que es la epilepsia. Según la ILAE (liga de lucha contra la epilepsia) en su definición por consenso en 2005, es la susceptibilidad que tiene un individuo en tener crisis epilépticas no provocadas y todas las consecuencias neurobiologicas, comportamentales y sociales que de ella se desencadenan. Esto quiere decir que las crisis de epilepsia no tienen que ser desencadenadas por ejemplo por bajas de azúcar, por situaciones en las que la tensión arterial disminuye o alteraciones de sustancias en el cuerpo como los electrolitos. De esa definición también viene un concepto que tienden a usar todos los centros de epilepsia en el mundo, no existen epilépticos, existen personas con epilepsia. Dirá usted, que bobada es esta! Pero no, es la campaña mundial en tratar de sacar estos pacientes de las sombras sociales en las que todos los mitos antes descritos los han metido. Además no es solo tratarlos con fármacos anticonvulsivantes, es tratar todas las consecuencias como la depresión, el aislamiento social, el rechazo.

La mayoría de los pacientes con epilepsia, aproximadamente un 90 por ciento pueden controlar sus crisis con medicamentos. Es decir, pueden llevar según su control de crisis, una vida como cualquier otro paciente con una enfermedad crónica, no deben ser aislados, su desempeño laboral y social puede llegar a ser tan bueno como cualquiera otra persona. Cada vez además se trabajan en muchos fármacos que tengan menos efectos adversos sobre la atención y la memoria. Por lo que los pacientes con epilepsia no deben ser discriminados en el momento de buscar trabajos en los que puedan desempeñarse sin contraindicación médica.

De ese pequeño porcentaje, de pacientes con epilepsia farmacoresistentes, es decir aquellos que a pesar de múltiples medicamentos a dosis adecuadas persisten con crisis existen intervenciones que pueden ayudarlos. Ya en nuestro país contamos con múltiples centros de cirugía de epilepsia, en los que con un adecuado estudio se les puede brindar ayuda a pacientes en quienes se encuentre alguna lesión estructural que sean susceptibles de resección quirúrgica o en caso negativo cirugías que puedan ayudar a mejorar la calidad de vida como estimuladores del nervio vago o callosotomias.

La próxima ocasión que usted este con un paciente con epilepsia, sino es medico no lo discrimine tratelo como lo que es un ser humano afectado por una condición crónica tratable; y si es médico dele el mejor trato posible, no solo trate crisis; trate toda la epilepsia es decir toda las alteraciones neurobiologicas y psiquiátricas que de ella se desencadenan. Además no le niegue a sus pacientes la oportunidad de ser valorado por grupos de cirugía de epilepsia en caso de que sea refractaría, saquemos el concepto de epilepsia que tenemos de entre las sobras, demósle el status que tiene dentro de la neurología, es decir la enfermedad de la que más se estudia y la que jalona la investigación en neurología.

Tiempo es cerebro: cada segundo cuenta después de un ACV

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El accidente cerebrovascular (ACV) isquémico constituye una emergencia médica que requiere intervención temprana y oportuna para aumentar las probabilidades de un mejor pronóstico. Muchas veces las consecuencias finales en este tipo de situaciones se pudieran evitar si el paciente acudiera a un servicio de emergencias apropiado donde recibiera el tratamiento pertinente.
La gran mayoría de las personas no reconocen con claridad los signos tempranos que pudieran alertar de la presencia de un proceso isquémico cerebral y por ende no acuden de inmediato al servicio de salud. De igual forma, muchos pacientes ignoran la sintomatología que pudiera ser premonitoria y cuando acuden al médico ya se ha perdido tiempo valioso. Contrario a lo que se creía anteriormente, las opciones de tratamiento para un paciente con ACV isquémico han avanzado de manera notable y hay alternativas muy importantes que podrían mejorar la calidad de vida de quien lo padece. 
De manera general se puede definir el ACV como una alteración ocasionada por la obstrucción del flujo sanguíneo hacia el  cerebro lo que conlleva a falta de oxigenación de las neuronas que son las células cerebrales. Todo este proceso puede ocasionar daños graves e irreversibles. Estudios clínicos han demostrado que cuando se logra detectar esta alteración en las primeras 4 horas y media después del inicio de los síntomas, es posible realizar una intervención médica que se conoce con el nombre de trombólisis cerebral, la cual puede mejorar el pronóstico de los pacientes.
Este procedimiento consiste básicamente, en administrar un medicamento intravenoso que resuelve la obstrucción permitiendo, en distinto grado, el retorno del flujo sanguíneo hacia el cerebro. Si bien es cierto que aunque esta intervención puede presentar algunas complicaciones, para disminuir el riesgo de estas debe ser aplicado correctamente, teniendo en cuenta una serie de criterios médicos establecidos.
Como se mencionó anteriormente, el tiempo es uno de los criterios más relevantes por lo que es de vital importancia que las personas en general conozcan cuales son los signos de alarma para acudir a un centro apropiado de atención médica. La pérdida súbita de la fuerza en una de las extremidades superiores, la evidencia de que un lado de la cara se mueve menos que el otro o la alteración en la pronunciación de las palabras constituyen signos determinantes que nos indican que una persona puede estar presentando un accidente cerebrovascular por lo cual debe recibir atención médica de inmediato. Ya en el servicio de urgencias el médico capacitado determinará, según una serie de parámetros  clínicos y la realización de una tomografía simple de cráneo, si el paciente cumple los criterios para recibir el tratamiento “trombolítico” u otro tipo de intervención médica.
Es de suma importancia socializar la  información correspondiente a las estrategias de modificación de los factores de riesgo  con el fin de disminuir la alta tasa de enfermedad cerebrovascular en la población general. Un buen estilo de vida basado en hábitos saludables como el ejercicio regular, dieta balanceada y el control de las enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes pueden ayudar a prevenir la presencia de esta alteración.
Se hace necesario la implementación de medidas de información y capacitación en la comunidad y algunos centros de atención primaria de salud, para direccionar oportuna y acertadamente a los pacientes con sospecha de accidente cerebrovascular a las instituciones que cuenten con el protocolo establecido para realizar la  trombólisis en caso que pueda ser aplicado, ya que cada minuto que pasa entre la instauración del evento y la no implementación de las medidas terapéuticas se constituye en aumento del daño cerebral y por consiguiente en la presencia de secuelas que pueden llegar a ser severas o incluso comprometer la vida.  Es responsabilidad de las entidades de salud en general, hospitales y universidades la divulgación de la información y entrenamiento de la comunidad.
Evidentemente todos los esfuerzos apuntan a actuar rápidamente identificando el probable ACV isquémico dado que cada segundo es vital, por lo que claramente se puede entender que en este tipo de patologías el tiempo perdido corresponde a mayor daño cerebral, en otras palabras que “Tiempo es cerebro”. 

lunes, 22 de abril de 2013

El núcleo caudado y el monarca en desgracia





La actual crisis económica e institucional española se ha analizado desde diferentes puntos de vista, con una importante dosis de pesimismo. Los casos de supuesta corrupción a diferentes niveles se suman a la crisis de las hipotecas, los recortes en educación y la pérdida de derechos sanitarios.

En las calles es palpable el aumento de la brecha entre ricos y pobres. Dentro del desánimo y la incertidumbre progresivamente cobran más fuerza las hipótesis que relacionan la crisis con el desapego de la burguesía dominante hacia el bienestar social. Es difícilmente justificable rescatar un banco que expropia la vivienda de un desfavorecido, mientras los casos de supuesta corrupción se suceden uno tras otro, sin mayor castigo que el social.

Éste artículo es un intento de alejamiento del pesimismo. Valgámonos de la situación y sus protagonistas para hacer un poco de ciencia e intentar profundizar en las bases neurocognitivas del castigo social. Es posible que estemos biológicamente predispuestos a castigar a los infractores incluso cuando esto nos represente un coste personal?.

Tomemos por ejemplo la monarquía española. Tras el episodio del elefante (del cual se cumple un año) y el caso Nóos que implica a los duques de Palma, la monarquía que hasta hace unos meses era la única institución pública con nota aprobatoria por parte de la población, ahora debe enfrentar una desaprobación casi generalizada. Según el saber popular, la monarquía se sostiene con base a recursos del estado, lo cual le confiere un deber moral. Dado que hay dinero de por medio, la línea entre lo justo y lo punible es rápidamente asumida y difundida como una creencia entre la gente. Sin embargo, apartando cuestiones ideológicas, que beneficio se puede sacar de buscar activamente el castigo de dichas figuras públicas?.

Un estudio alemán intenta responder a ésta pregunta sentando las bases para comprender el castigo social desde el punto de vista neurocognitivo (1). El castigo social o altruista se ha considerado como un componente crucial en la evolución de la cooperación humana. Sin embargo, dado que el castigo de una infracción no es una respuesta automática como la digestión, sino que por el contrario requiere de la interacción de sistemas de decisión e intencionalidad, los humanos debemos tener una motivación para castigar.

El estudio, que fue llevado a cabo en 2004, constaba de dos grupos participantes: A y B. Al inicio del estudio a cada uno le fue asignada una cantidad de 10 unidades monetarias (UMs). A continuación, si A confiaba en B, podría cederle sus 10 UMsy B recibiría además 30 UMs, sumando así 50 UMs en total (10+40 Ums). B tenía entonces la opción de devolver la mitad de la ganancia a A y quedar cada uno con 25 UMs o quedarse con la totalidad de las 50 UMs. En los casos en que B decidió no dar parte de la ganancia a A, a éste último se le dió la oportunidad de castigar a B. Durante un minuto se le pidió a A que pensara en la forma de responder a la actitud de B dentro de un abanico de opciones.

Durante éste proceso de decisión, a los sujetos A se les realizó PET cerebral (positron emission tomography) para monitorizar la activación metabólica de diferentes áreas cerebrales.
El estudio mostró que la decisión de A de castigar a B estaba precedida por una activación del núcleo caudado, una zona del cerebro que en estudios previos se ha relacionado con el procesamiento de recompensas. La intensidad de la activación del núcleo caudado era proporcional a la magnitud del castigo que A estaba dispuesto a aplicar a B. Los individuos con mayor activación del núcleo caudado mostraban incluso mayor predisposición a asumir un coste personal con tal de castigar a B.

Quiere decir entonces que tras el castigo altruista o la reprobación social se esconden mecanismos neurocognitivos vinculados con el procesamiento de recompensas. Frente a una situación injusta o reprochable, la búsqueda de castigo para el infractor conlleva un cierto placer que incluso nos lleva en ocasiones a estar dispuestos a asumir un coste personal con tal de ver pagar al culpable. Llama la atención que la magnitud de ése deseo de justicia sea proporcional al grado de activación del núcleo caudado. Sorprende que algo tan aleatorio como nuestra respuesta a un hecho punible venga determinado por factores biológicos, que incluso podrían tener distribución poblacional.

Será el primer monarca que deba preocuparse por conocer el tamaño del núcleo caudado de sus súbditos. Toda una modernidad.


(1) The Neural Basis of Altruistic Punishment Dominique J.-F. de Quervain. Science 27, 2004 Vol 305)

jueves, 18 de abril de 2013

Dengue: Un problema de salud que no pasa de moda

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El dengue  es una enfermedad febril aguda causada por un arbovirus y transmitida por mosquitos del género aedes. Continua siendo un gran problema de salud pública, tanto que se estima que aproximadamente la mitad de la población mundial está en riesgo, con cerca de 50 millones de infecciones por año de las cuales 500 mil pacientes son hospitalizados y se presentan 25 mil muertes.
La enfermedad es transmitida principalmente por el mosquito aedes aegypti el cual es altamente susceptible por el virus del dengue. Dicho mosquito habita principalmente en zonas urbanas, se alimenta preferencialmente de sangre humana y su picadura es casi imperceptible, por esto puede picar a varias personas en corto tiempo. Luego de la picadura el virus ingresa en el organismo y se multiplica en distintos órganos para luego ser liberado en el torrente sanguíneo. Posteriormente un nuevo mosquito ingiere el virus junto con la sangre y este se aloja en las glándulas salivares del mosquito para empezar así un nuevo ciclo.
En cuanto a la sintomatología se debe mencionar que la infección en algunos casos puede no generar síntomas o estos ser leves e inespecíficos, pero en otros casos puede manifestarse con alteraciones que pueden ser de moderadas a severas. Dentro del curso de la enfermedad se identifican tres fases. La primera es la fase febril que suele durar entre 2 a 7 días, en la cual además de la fiebre el paciente puede presentar enrojecimiento facial, dolores musculares y en las articulaciones, dolor retroocular, nauseas y vómitos. La segunda fase es la fase crítica que se presenta generalmente en los primeros 3 a 7 días de la enfermedad, cuando la fiebre comienza a disminuir y suele durar de 24 a 48 horas, donde pueden presentarse episodios de sangrado nasal, por encías o vaginal en mujeres en edad fértil. En esta fase si no se tiene el manejo médico adecuado el paciente puede fallecer.  Finalmente la fase de recuperación se presenta al terminar la anterior y se caracteriza porque los pacientes comienzan poco a poco a mejorar su estado general.
Actualmente la mejor manera de abordar un paciente con dengue es clasificarlo en dengue sin signos de alarma, con signos de alarma o dengue grave. La presencia de signos de alarma nos alerta sobre la necesidad de intervención médica urgente. Los signos de alarma que las personas en general  deben tener en cuenta en todo paciente con sospecha de dengue son: dolor abdominal intenso y continuo, vómitos persistentes, presencia de hemorragias, somnolencia o irritabilidad, disminución del volumen de orina, caída abrupta de la temperatura y acumulación de líquido en el organismo. Hay otros signos que necesitan ser determinados mediante exámenes médicos por lo que se hace necesario asistir a un centro de atención ante la sospecha de esta enfermedad.
Toda persona que presente síntomas sugestivos de dengue, como los  mencionado anteriormente, debe acudir al médico para ser evaluado y determinar si realmente tiene la enfermedad y establecer la severidad, para de esta manera recibir la atención médica adecuada y así disminuir la posibilidad de complicaciones.
Se deben fortalecer las estrategias tendientes a mejorar la aproximación clínica y la gestión integral en la atención de los pacientes que presenten  casos probables de dengue, sobre todo en las instituciones de primer y segundo nivel, ya que son en estos centros donde generalmente se realiza la el abordaje inicial y un correcto enfoque del paciente será fundamental en el desarrollo y pronóstico de la enfermedad. Otro aspecto en el que se debe hacer énfasis es en la notificación oportuna de los casos de dengue, mediante el diligenciamiento de la ficha correspondiente, ya que esto es un aspecto trascendental para la identificación de los brotes y el inicio de un plan de respuesta inmediato.
Ante la ausencia de una vacuna certificada, el pilar fundamental en el manejo del dengue sigue siendo la prevención. Dentro de las medidas básicas que las personas deben tener presentes, se destacan todas las tendientes a eliminar los criaderos del mosquito además de fomentar el uso de toldos y repelentes adecuados cuando sea necesario. Por su parte los organismos de salud deben velar por la socialización de las medidas preventivas y de los signos de alerta para que las personas acudan a recibir atención oportunamente.

miércoles, 17 de abril de 2013

Los esquivos brazos de morfeo


Escribo este blog desde mi móvil, siendo las 2 am; teniendo que levantarme a las 6 am para empezar mi día laboral. Que hago despierto a esta hora? Mucho trabajo aún?, algún examen pronto que hacer?, ninguna es la respuesta correcta. Simplemente hoy los brazos de morfeo han sido esquivos, hoy tengo insomnio.

Morfeo era el dios de la mitología griega encargado del sueño. Era el principal de los oniros, hijos de hipnos (sueño) y nix (la noche). Y es que el sueño siempre ha sido motivo de interés, de encanto para el hombre, de inspiración en miles de historias o como olvidar la maldición de ondina! Que incluso da el nombre a una enfermedad! Ondina una ninfa que condeno a su amado por una traición a que si se dormía iba a morir por no ser consciente de su respiración.

El sueño, divino momento que muchos ansían y otros desperdician, es toda una ciencia que durante muchos años se ha estudiado a fondo. De su función aún es mucho lo que se desconoce. Estudios en ratones, pobres ratones como siempre, han demostrado que la deprivacion de sueño durante días es capaz de producir úlceras gástricas, hipertensión, psicosis y muerte. Se ha visto además en estudios neuro fisiológicos que es el momento en el que se organizan las redes neuronales, donde de verdad los conocimientos de afianzan, es más, es uno de los momentos en que el cerebro es metabólicamente más activo. De ahí que si usted no duerme, usted se siente con fallas en su memoria, en su aprendizaje siente que no se despeña igual.

Si usted sufre de insomnio debe saber que existen varias formas de este que no es necesario que sepa pero si que identifique sus causas. El insomnio de conciliación se debe a mayor parte a cuadros de ansiedad, depresión es decir no es una enfermedad per se sino la causa de alteraciones psiquiátricas. Los múltiples despertares durante la noche pueden ser debidos a que usted por obstrucción de su vía aérea haga periodos en los que no respira, estas son las llamadas apenas, que configuran la apena obstructiva del sueño, que como causa también tiene el sobrepeso, tema que hemos tocado en otras entradas en este blog.

Es importante que usted en caso de insomnio consulte a su médico si esta afectando su calidad de vida, no se automedique algunas drogas pueden traerle problemas más que beneficios. No comer abundantemente en la noche, ejercicio nocturno, lectura nocturna, pueden hacer que usted tenga un mejor sueño. No duerma cerca de aparatos electrónicos, no duerma con el televisor encendido, aunque no lo crea la fotoestimulacion constante y el ruido no dejan que usted llegue a un sueño profundo.

Me despido ya con un poco de sueño, y deseando que los brazos de morfeo no le sean más esquivos....

Elkin Beltrán


sábado, 13 de abril de 2013

Felicidad y obesidad en Colombia. La Mirada de Darwin.

photo via imway2fat.wordpress.com



Hace unas semanas mientras visitaba a mi familia en Colombia, presencié el jolgorio nacional que representó haber clasificado en el primer puesto de la escala de países más felices del mundo (Gallup). Al igual que la mayoría, disfruté de la noticia y participé animosamente de las conversaciones que se generaron en torno al tema. Siempre es agradable que tu país destaque en algo que sea visto como positivo. Fue precisamente en medio de éstas conversaciones (y motivado en parte por las características antropométricas de los participantes) que comencé a pensar que tal vez podría existir una relación entre la felicidad y la elevada tasa de obesidad en nuestro país. La etología nos ayuda a analizar el asunto desde un punto de vista evolutivo. Desde ésta perspectiva, se considera que la felicidad pudo haber evolucionado de la mano de la expresión, como medio para favorecer la supervivencia. Las emociones tienen un doble valor evolutivo. El miedo, el temor, la desconfianza nos alejan de peligros, mientras que el júbilo favorece acciones positivas desde el punto de vista social que benefician la cooperación. (Nelissen, Mark)En individuos pertenecientes a un grupo, la predisposición a cooperar y el poder comunicarse de forma eficaz seguramente contribuiría a mejorar sus opciones de sobrevivir. Progresivamente sería igualmente importante poder transmitir estados de ánimo para funcionar adecuadamente como grupo 

Traído a la época actual en una sociedad como la nuestra, en la que flotan en el ambiente carencias y peligros de distintos tipos, pero que sin embargo parece permitir cierto grado de desarrollo, resulta comprensible que se valoren aún éstas características ancestrales tendientes a favorecer supervivencia. Nuestros medios de comunicación están plagados de referencias a personas "guerreras", y ser "vivo" es un atributo más que deseable. Dentro de estas habilidades, en nuestra sociedad se enseña a expresar las emociones con libertad y se enseña también a interpretarlas. Somos buenos lectores y transmisores de estados de ánimo. Esta habilidad comunicativa parece haber ido de la mano con el desarrollo de un sistema de control de impulsos poco exigente, que no pusiera a freno a nuestra necesidad de expresión y de experimentación. Si hay peligros fuera, mejor vivir, sentir y expresarse intensamente.  Sería el sustrato evolutivo para la materialización de nuestra cultura latina que nos invita a ser felices. Está científicamente comprobado que la felicidad se contagia en una población como un virus de lenta incubación. Ahora bien, ésta misma sociedad algo carencial y que nos apremia a mantener encendidas nuestras señales de alerta, enseña también a aprovechar al máximo cualquier estado de abundancia. Lo que nos lleva a la comida.

Desde niños se nos enseña a no desaprovechar las oportunidades para comer y a hacerlo incluso cuando no tenemos apetito. Curiosamente, en nuestra cultura los niños van adquiriendo distintos grados de autonomía, que no se expresa a la hora de comer. Pasarán muchos cumpleaños antes que una madre le crea a sus hijos pequeños cuando dicen que no tienen hambre. El problema se agrava al vincular la comida al afecto. En un estado carencial, aunque sea subjetivo, sobrealimentar es casi una muestra de amor y el amor no entiende de adecuar el consumo calórico al gasto energético. Un estudio reciente de la Universidad de Washington demostró científicamente que los hábitos alimenticios se transmiten de madre a hijo y que la sobreprotección de la madre sobre la alimentación del niño genera en éstos una relación insaludable con la comida en años posteriores (Morrison H. Exploring the effects of maternal eating patterns on maternal feeding and child eating. Appetite, 2013; 63: 77). Una de las recomendaciones de los investigadores es servir porciones más pequeñas y ajustar la ingesta al apetito, desvinculándola de las emociones y del deber comérselo todo.  En la misma línea, recientemente se ha documentado la relación entre el nivel educativo de los padres y y la frecuencia de ingesta de alimentos vinculados a la obesidad por parte de los hijos (Fernandez-Alvira JM, Public Health Nutr. 2013 Mar;16(3):487-98). A menor nivel educativo de los padres, mayor ingesta de grasas y carbohidratos. 

Lo cierto que es que la obesidad es una epidemia en nuestro país y un factor causal de múltiples enfermedades cardiovasculares. En términos epidémicos, la obesidad es un problema relativamente nuevo en latinoamérica; una oscilación del péndulo que parte de la carencia alimentaria de años previos. El problema debe verse en su dimensión real y actuar en consecuencia. Según el informe Food Price Watch 2013 (Banco Mundial) el número de obesos en américa latina se triplicará en los próximos 25 años. 

Estoy convencido de que la solución comenzará por la educación de las nuevas generaciones en la mesa, y por supuesto, por el reconocimiento de la obesidad como una enfermedad, que no soluciona el cirujano plástico ni el bypass gástrico. Es vital aprender a educar en el control de impulsos.  Si tenemos la suerte de crecer en un país feliz,  tanto más motivados debemos estar para vivir de forma saludable y disfrutar de ésa felicidad a lo largo de todos los años que nos corresponda vivir. 

Termino este articulo en medio de un vuelo con destino a Barcelona, preguntándome si los colombianos que vivimos fuera del país, también somos los más felices del mundo. 


J. Gabriel Acosta Vélez.
Cardiólogo.
Hospital Vall d`Hebron.
Barcelona.